El Charleston
El Charleston nació a principios de los años ‘20 como una forma de diversión y distracción después de la Primera Guerra Mundial.
Es llamado así por la ciudad puerto de Charleston, Carolina del Sur y se cree que estas series de pasos tienen su origen entre afroamericanos residentes en una pequeña isla próxima a la ciudad de Charleston. Se bailaba ya en 1903 y se abrió camino hacia las producciones escénicas de Harlem alrededor de 1913. En 1923 se introdujo en los teatros. Llegó al gran público a través del «New Amsterdam Theater» de Nueva York, cuando la compañía «Ziegfeld Follies» representó un número que incluía el Charleston. Fue un éxito inmediato.

El ritmo fue popularizado por una melodía 1923 llamada “The Charleston”, compuesta por el pianista James P. Johnson y que se originó en el espectáculo de Broadway Runnin’ Wild.
Pronto se convirtió en una moda y tuvo gran importancia en Europa. Josephine Baker, una de las mayores representantes del Charleston, se convirtió en un símbolo que caracterizó una época de despreocupación.

En los años ’20, las mujeres que bailaban Charleston eran llamadas “Flappers” debido a que la manera en que agitaban sus brazos y caminaban recordaba a los movimientos de un pájaro. Muchos estudiantes universitarios de la época vestían “racoon coats” (abrigos de piel de mapache) y sombreros de paja mientras bailaban el Charleston.

Mucha gente vio en el Charleston y sus seguidores el final de la moralidad y las buenas costumbres. En 1925 la revista “Variety” informó que, en Boston, las vibraciones causadas por los bailarines de Charleston fueron tan fuertes que causaron el hundimiento de la sala de baile “Pickwick Club”, catástrofe en la que murieron cincuenta personas. En muchas salas se colgaban carteles con las siglas “PCQ: Please Charleston Quietly” para solicitar al público que bailara Charleston.


A partir de 1926, el Charleston comenzó a ser desplazado por otros bailes del momento. Hoy en día sigue siendo muy popular y dentro del Swing existen pasos y patrones al estilo del Charleston, a menudo llamados Lindy-Charleston.
Podemos bailarlo tanto en pareja como en solitario. Por eso, en nuestra escuela sumamos pasos dentro de las clases de Lindy Hop,así como también están las clases de Authentic jazz, que dentro de este estilo se llama Solo Charleston.
Lindy Hop
El Lindy Hop NO es un ritmo en particular, ni tampoco al oír una música podemos decir “eso es Lindy Hop”. Es una forma de bailar la música Swing, más precisamente es un estilo de baile que fue muy popular en los años ‘20, ‘30 y ‘40.
Es un baile súper dinámico y con muchísimas variaciones; podés cambiar constantemente de básico y alternar entre posiciones abiertas y cerradas. Como todos los bailes tiene canciones lentas, medias y rápidas, lo que te garantizamos es que una vez que lo bailes, ¡te va a costar mucho dejarlo!

bailando Lindy Hop
Este estilo tiene raíces en danzas africanas. Su escenario central fue en los salones de baile de Harlem, Nueva York (nota aparte en este blog)
En éstos tocaban grandes bandas y orquestas como la de
Glenn Miller, Duke Ellington, Count Basie, Benny Goodman, Cab Calloway, entre otras.
Los pasos nacieron tanto de la improvisación como de la herencia de otros bailes como el Charleston, e incorporó elementos de otros estilos como el Texas Tommy, Turkey Trot, Apache Dance, Black Bottom, The Shimmy, The Strut, Cakewalk, The Frisco, Foxtrot, Tap y muchos de los bailes de salón de la época. Todo esto incorporando los pasos abiertos en las tradicionales posiciones cerradas de baile.
Durante los inicios de los bailes de swing coexistieron muchos estilos diferentes que hoy permanecen sin nombre y de los que no existen referencias documentales. Con todo aquel talento creativo presente no cabe esperar una homogeneidad de estilo, sino más bien una combinación ilimitada de diversos bailes populares. Es por eso que al ver bailar Lindy Hop, vemos posturas y pasos tan variados.
Había muchísimas salas donde se bailaba y cada una tiene sus historias y anécdotas. Pero sin duda una de las más famosas salas de baile fue el Savoy Ballroom (nota aparte en este blog): con su pista gigante con capacidad para 4.000 personas y su doble tribuna elevada para las orquestas, atraía a los mejores bailarines del área de Nueva York, tanto blancos como afroamericanos.

El nombre de Lindy Hop está basado en una curiosa anécdota relacionada con Charles Lindbergh (“Lindy”), el primer aviador que cruzó o “saltó” (Hop) el Atlántico en un solo vuelo sin escalas (1927). Realizó esta proeza con su avión “Spirit of St. Louis”, uniendo el trayecto entre Nueva York y París en algo más de 33 horas.

En una maratón de baile, un periodista le preguntó a George Snowden (nota aparte en este blog), que era lo que estaba haciendo durante un fragmento de improvisación. Snowden respondió: “The Lindy Hop”.
En el Savoy se organizaban concursos tanto de bandas como de bailarines que poco a poco tomaron mayor importancia. Tal es así que productores de espectáculos vinieron en busca de nuevos talentos y así se formaron compañías profesionales de bailarines que difundieron estos bailes tanto en giras como en películas de la época. El Lindy Hop alcanzó tanta popularidad que incluso la edición de la revista Life del 23 de agosto de 1943 declaraba al Lindy Hop como baile nacional. Después se extendió rápidamente por Europa a través de espectáculos de compañías profesionales de bailarines y películas.
Uno de los grupos más famosos de la época fue el llamado Whitey’s Lindy Hoppers, que realizaron varias películas en Hollywood, obras musicales en Broadway y recorrieron gran parte del mundo (nota aparte en este blog).

Hoy en día, no se puede hablar de Lindy Hop sin nombrar a uno de los más grandes bailarines del Savoy, que introdujo los pasos acrobáticos durante los años ‘30: Frankie Manning (nota aparte en este blog), que tiene un papel fundamental en la historia y por lo que hoy es conocido como el embajador del Swing a nivel mundial.
